20.8.15

Subterritorios Vs Joaquín Peña-Toro

En el proyecto de rehabilitación en la Gran Vía de Granada, contamos con Joaquín Peña-Toro para la recuperación de los techados originales. El pintor granadino se convierte en víctima de la segunda conversación de "Sub-Versus"


Rehabilitación en Gran Vía de Colón (GRX Arquitectos: Álvaro Gor, José Luis Concha y Carlos Gor)
Joaquín Peña-Toro durante la obra


SUBTERRITORIOS: Nos conocimos, si no recuerdo mal, en la etapa expositiva de TRN  (Laboratorio Artístico Transfronterizo). Fue un proyecto muy bueno para la escena creativa granadina independiente, aunque también trabajas mucho en espacios más institucionales, ¿En que situación crees que está tanto la instituciones artísticas como las independientes en el estado español en general y en el andaluz y granadino en particular?

JOAQUÍN PEÑA-TORO: La situación que mejor conozco es la más cercana y no puedo ser optimista respecto a Granada. TRN demostró cómo se pueden hacer cosas interesantes sin presupuesto. Que lo que más valor tiene es el "know how" y no los contenedores. Un comisario o gestor cultural con las ideas claras (el equipo de TRN encabezado por Antonio Collados) y su compromiso personal levantaron el entusiasmo y adhesión de toda una comunidad artística que se encontraba huérfana de proyectos o espacios cómplices.
El efecto Guggenheim ha marcado una época y se ha atendido más la construcción de contenedores que a la definición de sus programaciones o necesidades. El ejemplo perfecto es el "centro anteriormente conocido como" C4 en Córdoba, que está vallado y a la espera de una idea clara desde la administración andaluza sobre su uso. Mirando hacia la Vega podemos preguntarnos... el centro de la Fundación Caja Granada ¿es un gran centro por sus ideas, programación y dotación presupuestaria o por los metros cúbicos de cemento?
La iniciativa privada comercial ha tenido el bache inexcusable de la crisis (aunque nuestros potentados vecinos malagueños tienen galerías comerciales surgidas en los últimos tiempos con envidiable vitalidad: Isabel Hurley o Yusto & Giner). En Granada desapareció Galería Sandunga, heredera de la Galería Palace que arrancaba su actividad en 1982. Se esfumaban casi tres décadas de arte contemporáneo en Granada.
La actividad institucional referida al arte contemporáneo no tiene en Andalucía (y menos en Granada) un "master plan" que la acompañe. Un marco definido que optimice los esfuerzos y coordine la inversión que, como he dicho, no es significativa sin los expertos (y los tenemos muy formados en nuestros días) que puedan hacer lo que saben.

SUB: En arquitectura existe una necesidad de intervenir en proyectos que tienen que ver más con las prácticas artísticas y los proyectos sociales que con el sector de la construcción o el mercado inmobiliario, pero no existen formatos profesionales que permitan a los autores de ese tipo de prácticas vivir de su trabajo, y suele soportar económicamente los estudios en otros lugares diferentes a los de sus prácticas para sobrevivir. Entiendo que en arte plástico no debe ser diferente, y con un mapa cultural como el que dibujas y no parece que la supervivencia del artista sea fácil.

JPT: Siempre he pensado que es posible ser artista profesional "desde" Granada o Andalucía pero una vez que has establecido una red de distribución y un mercado en el exterior.
El coleccionismo en Andalucía o las actividades públicas no sustentan por sí solos a los artistas que conozco y que, con valentía, tratan de hacer que el arte sea su "modus vivendi".
El capital humano lo tenemos, sin duda, pero nos fallan las infraestructuras y un mercado que fue incipiente pero ha desistido en la actualidad.
Los autores también tenemos una parte de culpa. Solo en la situación actual se ha llegado a un acuerdo para constituir una asociación de artistas visuales andaluces. Es un primer paso que debimos dar hace tiempo.

SUB: Lo primero que vi de ti, fue la exposición de "Fanzine Exquisito", fue un dialogo muy interesante entre poesía y dibujo, con video proyecciones.  Pero por otro lado lo que más conozco es tu faceta de pintor, aunque también he visto algunas piezas en relación a la escultura, en un lugar más ambiguo.

JPT: Me siento, fundamentalmente, pintor. De hecho, cuando explico a los amigos o desconocidos lo que hago, al referirme a comisariados, gestión cultural o montaje de exposiciones lo englobo diciendo que hago "pintura y alrededores". Mi punto de partida es la pintura pero bien es verdad que disfruto ampliándola con los tics de la fotografía o al mezclarla con otros lenguajes que completan su sentido.
"Aire encalado" (Joaquín Peña-Toro)
SUB: Uno de esos alrededores, aunque no te dediques a ello, es claramente la arquitectura, o al menos le das una importancia destacable en tu pintura. En ocasiones con edificios emblemáticos, pero más habitualmente con elementos secundarios, arquitectura anónimas de la modernidad, paisajes hoteleros y costeros, etc…

JPT: La arquitectura, lo construido (para incluir así elementos que se consideran en los márgenes) es esencial en mi trabajo. No sólo es una imagen que recrear sino que aprendo de los edificios para estructurar mis cuadros: al fin y al cabo la imagen es un resultado en la superficie. Tal vez me interesa más cómo esa imagen ordenar los "sucesos pictóricos" sobre el soporte.
Por otro lado lo social, aunque no se manifieste de modo obvio, está incluido en esas construcciones: suelen recoger el paso de lo vivido, la acumulación de emociones. En la mayoría de los casos se trata de espacios que conozco y a los que, incluso, me une un vínculo biográfico. Mis afinidades tienen en cuenta lo visual más que lo estético pero suman una capa más que comparto con quienes habitaron esas construcciones.

SUB: Es cierto que al conocer los espacios, o sentir cierta afinidad por los entornos que representas, se aprecia la huella de la sociedad que hay tras ellos. Pero en ocasiones, cuando representas espacios residuales o secundarios, se sienten las carencias de esos espacios públicos en desuso que nunca han resuelto bien los barrios de ensanche, por lo que esos trabajos parecen hablar de de una falta de espacio público, o de un espacio público fallido.

JPT: Es cierto, tengo querencia por las distopías. El fallo me parece algo propio de lo humano y esos escenarios preparados para una modernidad perfecta, finalmente, no se consolidaron. Tal vez fueron planeados sin tener en cuenta a sus protagonistas y éstos se han rebelado contra el entorno.
Me interesa observar la distancia que la realidad ha impuesto a los ideales de la modernidad, cómo ha flexibilizado sus objetivos y los ha adaptado al uso cotidiano. Imagino que es un escepticismo propio del tiempo postmoderno que me ha tocado pintar.
Sin embargo, no soy pesimista. Esos desfases que constato han dado paso a nuevas transformaciones espontáneas que me atraen porque no están exentas de valor.
"Desierto" (Joaquín Peña-Toro)
"Rampa Sapén" (Joaquín Peña-Toro)

SUB: Hay un aspecto que me interesa mucho de tu pintura, y es ese encuadro fotográfico que le das, que en ocasiones parecen aleatorios, como en la no corrección de verticales. Pero por otro lado impregnas de un carácter muy fuerte a esos lugares del subconsciente colectivo, pasándolos por un filtro muy personal desde tu forma de pintar.

JPT: Sin duda: el origen fotográfico de mis imágenes es una reivindicación constante. Creo que lo fotográfico enriquece el lenguaje pictórico aportando triangulaciones, encuadres y temas (ya lo descubrieron los postimpresionistas) pero también efectos industriales y ruidos muy contemporáneos (y estoy pensando en Gerhard Richter, pero también en Vermeer de Delft). Me interesa especialmente la tensión entre unas imágenes obtenidas por medios mecánicos (en cualquier tipo de registro, también las no-artísticas) y su traducción al lenguaje manual de la pintura; es decir: cómo lo humano es capaz de hacer cálido incluso lo más desangelado.

SUB: Lo que dices es muy interesante, me refiero a que hay algo en el resultado de los medio mecánicos de producción que refleja o representa a la sociedad que los fabrica. Ese es un aspecto de la arquitectura que nos interesa especialmente, como cristaliza a las sociedades que les dan lugar: sus jerarquías, sus modelos de producción, su valores culturales,... todo. Siempre que hablo de esto con artistas me dicen que en el arte también, aunque considero que no es lo mismo. En el arte hay una representación intencionada, reflexionada, probablemente forzada o sugestionada, y puede representar cuestiones de una realidad que no sean fehacientes, van a tender a ser parciales. En cambio la arquitectura, la ciudad en general, representa lo que una sociedad es, quiera o no. Dibujen como dibujen los poderes fácticos la sociedades que gobiernan, la arquitectura es la que te dice la verdad de ella. Es algo que me atrae de tu pintura, y es que añades este valor con la arquitectura que representas, esa lectura de la sociedad que les da lugar, pero sin renunciar a todo lo que significa la pintura como arte. Pero ese es un tema, y otro muy distinto trabajar directamente sobre la arquitectura, y es que me sorprendió muy gratamente que recibieras de forma tan directa trabajar con nosotros en el proyecto de la Gran Vía, teniendo en cuenta que no era un encargo creativo, sino una reparación, un encargo humilde y técnico. ¿Que importancia le das a la posibilidad de trabajar directamente sobre la arquitectura?¿Cómo relacionas con tu trabajo esa tarea en la que no eres autor absoluto de tu obra sino que entra en conjunción con otro mayor como es el conjunto arquitectónico?

JPT: Me atrae hipnóticamente la arquitectura, en todos sus formatos y detalles. Incluso los menos atendidos o residuales, como puede verse en mis cuadros. Puedo decir lo mismo (o un poco más) de la pintura. Y hablo también de lo pictórico que es considerado residual: como los "pintores decoradores" del pasado. El apellido decorativo se usa aquí con la intención de apear al sustantivo pintura de la categoría artística. Yo no lo veo así: me engancha, por ejemplo, la pincelada sincera y contundente de la cerámica de Fajalauza. No veo la reiteración de lo artesanal sino la mano del autor. En los techos que intervine para vosotros fue emocionante acercarme a los trazos de aquellos pintores con tanto oficio, con dedicación por lo que se consideraba menor. Intervenir un edificio, sumarme a quienes lo hicieron antes, es la conjunción perfecta de mis devociones.
Me sumaba, en el presente, a vuestro proyecto que me atrajo desde el principio. Estaba deseando disfrutarlo como espectador. Imaginé de inmediato la fotografía que, meses más tarde, puede ver publicada en vuestro muro.
"...y toma el de otras ciudades" (Joaquín Peña-Toro)

Fleming, v. (Joaquín Peña-Toro)

SUB: Había un componente compleja en la reparación de la Gran Vía, y es que no buscábamos una rehabilitación integral, ni académica, sino dejar medianamente decente un arte que había sido insensiblemente avasallado. ¿Que complicaciones técnicas te encontraste? (quiero hablar del tema del polvo, reproducir lo parcialmente sucio que no podía ser limpiado, reproducir la imitación de mármol artesanal, etc...)

JPT: Teníamos el concepto claro: había que reponer la función estética de esas superficies para dejarlas de nuevo en uso y salvarlas de ser anuladas. Al subir al andamio pude, primero, limpiar con medio mecánicos la suciedad acumulada. En otros casos, el tiempo había dado una pátina necesaria para mantener el valor de los paños. En el segundo paso, había que recuperar técnicas (o acercarse a ellas) que casaran con las originales. El marmoleado se presentaba como un estuco planchado con aplicación de calor: muy resistente pero con un acabado difícil de igualar. Sin embargo, la cenefa azul estaba pintada con materiales muy deleznables: a salvo de su deterioro por su situación en el techo pero con grandes diferencias entre el material actual recién aplicado y su resultado una vez seco. Aceleré, en ocasiones, ese proceso (ya rápido por el calor acumulado en la parte superior de la habitación) y así no tener que pintar “a ciegas” sobre el resultado cromático. No obstante, el color tuvo que variar en cada zona: la pátina existente no era homogénea.
Sobre el dibujo pude comprobar que, aunque visto desde abajo parecía ejecutado con plantillas, estaba equivocado. Al ensayar esa fórmula descubrí que se pintó con libertad (dentro de un patrón establecido) y una enorme destreza para adaptar al espacio elegido los motivos vegetales y grutescos. Olvidé las plantillas y dejé llevar mi mano después de interiorizar el ritmo que pedían aquellas curvas, contracurvas, fustes, palmetas...


"Acúfeno"(Joaquín Peña-Toro y Rubén Jordán)
SUB: Háblame de tus ultimas exposiciones, te sigo viendo muy activo, Suite Sinatra, la exposición entorno a la OCG…¿Cuáles son tus actuales inquietudes?

JPT: Mis últimos proyectos han estado relacionados con la música y el sonido.
«La voz» era en «Suite Sinatra» el hilo conductor por los espacios residuales de la arquitectura, ya fuera en Torremolinos o en Nueva York. La exposición se convirtió en libro con Bandaàparte Editores y con ellos he ampliado los formatos en los que trabajar.
Para «Variaciones móviles», individual en el Museo de Cádiz, hice visible una obra de Falla en un reto que me llevó a transformar el lenguaje abstracto de la música en un relato figurativo.
Hasta final de este julio, se ha podido ver en la Biblioteca de Andalucía «Acordes II»: una exposición colectiva que José Vallejo ha comisariado para celebrar el XX aniversario de la Asociación de Amigos de la OCG. En el cuadro, «Acúfeno», he colaborado con el compositor Rubén Jordán, que ha compuesto una pieza musical integrada con la pintura; ambos hemos enriquecido nuestros lenguajes.